Si la literatura es una larga conversación entre unas y otras, como dejaste dicho en ese cuarto propio que es tu obra, Virginia, vuelvo a escribirte. Y me siento entre tus cosas tan a gusto como entre las mías, porque intuyo que en tus escritos dejaste abierta para siempre esa posibilidad. Si no conversamos, si no nos leemos, no hay literatura que aguante.