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La temporalidad de Galileo

La temporalidad de Galileo

Cuando la velocidad es la norma, el tiempo se convierte en una trampa y los espacios de dispersión en una trinchera. El autismo como un extraordinario punto de vista desde donde poner a prueba los límites del mundo a la existencia. Intervalos, intersticios y experiencias de otra dimensión para romper todo lo que deba ser destruído para dar paso a la vida.

Welcome to derrumbe

Welcome to derrumbe

En un mundo que empuja para que todo funcione, marche y produzca, un texto que invita a fallar, trastabillar, romper los engranajes que hacemos andar a costa de nuestra vida. Y reapropiarnos del dolor, pero no como fracaso, sino como resistencia. Si las condiciones no cambian, lo existente tiene que derrumbarse.

«Todxs nos prostituimos»

«Todxs nos prostituimos»

“De lo que también estoy segura es que trabajar de lo que sea es una mierda, pero de algo hay que vivir” dice Georgina Orellano en su libro Puta Feminista. En esta reseña, Lucia Tomas apuesta al abandono de prejuicios propios y ajenos para darnos la posibilidad de mirar más de cerca a la que -dicen- ser, la profesión más vieja del mundo.

No era depresión, era CABA

No era depresión, era CABA

¿Es posible una geografía psíquica? Mientras las ciudades des-quician y des-ordenan los registros más básicos de la sensibilidad, las inteligencias artificiales acuden para construir respuestas tan equívocas y desorientadoras como las mentes reales.

Changa Tuky

Changa Tuky

La Changa tuky en Venezuela proporciona pistas mucho más consistentes sobre las vicisitudes experimentadas en el ciclo histórico abierto hace más de 20 años y aún en desarrollo, pues se juega en la materialidad de los cuerpos, en la agresividad de un beat endemoniado, en la sintaxis violenta de un paso de baile, en el brutalismo de un léxico malandro: algo del ámbito de la micropolítica. El tuky encarna el malestar de la cultura en las urbes latinoamericanas.

Camila, te envidiamos la voz

Camila, te envidiamos la voz

José Ignacio Scasserra de inicio nos advierte: “nadie permanece indiferente a su lectura.” Como si esa propia advertencia funcionara no solamente como aviso si no también como estímulo que nos arrastra a la novela. Nos suministra una aproximación a su experiencia. Una experiencia con la lectura, una experiencia alteradora en todas su facetas: la voz, el cuerpo, la rutina. Una experiencia y una voz (¿la de pepe, la de camila?) que se pregunta: ¿qué voz encontramos en la voz de los demás?

El nuevo cruce de los Andes

El nuevo cruce de los Andes

El siglo XXI presenta nuevos desafíos para la emancipación latinoamericana. La defensa de la soberanía y la construcción de una vida digna ya no se juegan entre bayonetas y ejércitos y los libertadores de nuestro tiempo no usan charreteras ni cabalgan mulas. A veces, son casi anónimos, como los pibes de la Cooperativa Fray Luis Beltrán, que ponen su creatividad y su trabajo al servicio de la democratización del acceso a la tecnología y la sustentabilidad, promoviendo la reutilización de “chatarra” electrónica. La historia continúa por otros medios: del cruce de los Andes a achicar la brecha digital.

No es solo un apocalipsis zombie

No es solo un apocalipsis zombie

En The Last of Us no se repite el conservador argumento hobbesiano según el cual «el hombre es el lobo del hombre». Para el autor, aunque los personajes de la serie son capaces de cosas terribles, también son capaces del amor más desinteresado. ¿Qué es “lo último de nosotros”? ¿Lo que queda de los seres humanos en este triste fin del mundo, o lo que subyace en lo más profundo de nosotros bajo las corazas de lo que aparentamos ser?

Vivir del Estado

Vivir del Estado

“Vivís del Estado”; “Te bancamos los que laburamos en el sector privado”, “Vivís del I.V.A. de los pobres”; “Si tan bueno sos en lo que hacés, ¿por qué no lo hacés en el sector privado?”; “Te pagan por tareas que nadie pidió”; “Sos puro déficit fiscal”; “Sos un ñoqui, un parásito”. Una reflexión sobre las premisas implícitas detrás de cada uno de estos cuestionamientos.

La lengua autista de mi hijo

La lengua autista de mi hijo

Este texto podría presentarse con onomatopeyas. De hecho, lo hace. Nos introduce a un universo de sonidos guturales. Nos prepara para: espiar los límites del lenguaje, enfrentar el pavor a la discapacidad, sondear el real sentido de las neurodiversidades y renunciar a las fantasiosas expectativas de comunicarnos. Cómo un hijo que no habla su lengua materna puede crear el universo simbólico más significativo para su mamá.

Salir del secreto

Salir del secreto

Desde el cuerpo y con una visceralidad profunda, Penélope vomita los infiernos vividos a causa de la anorexia y la bulimia, buscando su politización al re-pensarlas saliendo de la lógica patologizante y privatizadora sobre el síntoma que impone el sistema.

De los “chicos de la guerra” a “los pibes que jamás olvidaré”

De los “chicos de la guerra” a “los pibes que jamás olvidaré”

¿Qué cifra de nuestra vida colectiva se pone en juego en el Día de los Caídos y Veteranos de la Guerra de Malvinas? Entre el “Galtieri, borracho, mataste a los muchachos” entonado en Plaza de Mayo en junio de 1982 y “los pibes de Malvinas que jamás olvidaré”, verso clave en los días de Qatar 2022, esta nota repasa el camino no lineal por el cual el pueblo argentino, tras el anonadamiento inicial y desde los márgenes hacia el centro, rescató de la desmemoria a los soldados de Malvinas.

Carta a mis amigos

Carta a mis amigos

Porque la historia no son hechos lineales, sino más bien temporalidades que se cruzan y latencias que permanecen abiertas más allá del tiempo. Rodolfo Walsh para Tierra Roja, entre nosotrxs, nos entrega nuevamente su carta.

Empalme Graneros: volver a jugar después del tiroteo

Empalme Graneros: volver a jugar después del tiroteo

El asesinato de Máximo Jerez, de 11 años, y la internación de otrxs tres niñxs con heridas de balas, tras un conflicto entre bandas narcos, generó una pueblada de los vecinxs de un barrio del noroeste rosarino contra los bunkers de la zona. Ante la ausencia del Estado, las organizaciones territoriales se convirtieron en el único sostén social de lxs pibxs del barrio. Pero casi nunca alcanza. Dos semanas después, ya casi no circulan periodistas ni gendarmes, pero los narcos siguen allí: ¿Cómo se crece entre “cuerpos a tierra” y el sonido de las balas?

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